Durante los últimos meses, y dentro de la campaña europea por erradicar el uso de las bolsas de plástico y en pro de fomentar una Economía Circular, hemos sido testigos de cómo muchos tecnicismos se colaban en nuestras compras habituales. Biodegradable o compostable han sido algunas de las palabras más estampadas en la superficie de las bolsas de plástico y tampoco nos extraña verlos asociados al nombre de numerosas fibras textiles o materias primas naturales en nuestros productos
Las bolsas con cierre hermético se han convertido en un producto indispensable en la nueva y actual tecnología de envasado. Presentan multitud de ventajas frente a envases flexibles con otros sistemas de apertura.
Su principal beneficio es que nos ayuda a conservar la calidad de nuestros productos – sean lo que sean -, ya que los mantienen envasados al vacío.
Entre las ventajas de las bolsas con cierre hermético, o también conocido como cierre zipper, destacamos:
Se pueden sellar tantas veces como sea necesario.
Protege contra la suciedad, el polvo y la humedad.
Prolonga la vida útil del producto, ya que no permite la entrada ni salida del aire.
Es un sistema de apertura que respeta el medio ambiente, gracias a su reutilización.
Permite el envasado seguro de productos en grano, líquidos y/o en polvo.
|